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Una Nueva Generación Restauradora

Hay que aceptar, que si la “tierra ha de ser llena de Su gloria” y si “la gloria postrera será mayor que la primera”, entonces Dios esta levantando una generación más poderosa, que todas las que se han visto a través de la historia eclesiástica.

El rey David, bajo la unción profética habla de esta generación en el Salmo 24. Es una generación, la cual no es de descendencia humana sino espiritual. Esta generación de la cual habla en el Salmo 24 es la generación del Cristo.

De acuerdo a Mateo 1:17, de Abraham a David hay 14 generaciones. De David a la deportación a Babilonia hay otras 14 generaciones, y de la deportación a Babilonia hasta Cristo otras 14 generaciones. Esto, hace un total de 42 generaciones.

Siempre me pregunte ¿porqué, el Espíritu Santo incluía esta genealogía la cual para mi entender era vana? La respuesta del pastor o maestros bíblicos era siempre la misma. “Mateo escribe a los judíos los cuales eran muy celosos en cuanto a la genealogía.”

La realidad del asunto es mucho más profunda que una genealogía judía. Hay una revelación espiritual dentro de este verso 17. Si contamos desde Abraham hasta David encontraremos 14 generaciones, de David a la deportación a Babilonia otras 14; pero, de la deportación a Babilonia a José hay solamente 12 haciendo esto a Jesús la numero 13. Esto es un total de 41 generaciones.

Tal parece que hay una generación perdida en la cuenta de Mateo, pero no es así. Note que la escritura dice, “hasta Cristo.” Son 41 generación si contamos hasta Jesús, pero 42 si contamos hasta Cristo. ¿Cuál es la contestación a esta interrogante? La contestación es que tan solo habrá una generación desde la resurrección del Cristo. Esta generación es la generación de Cristo, aquellos que han nacido no de voluntad de sangre y carne sino del Espíritu y la Palabra. Entienda que Cristo significa Ungido, así que esta generación 42 es la generación de los ungidos de Dios.

La generación 42 es llamada por David “una simiente” y dice que será “contada al Señor como una generación” (Salmo 22:30-31 KJV). En lo natural se puede decir que la línea genealógica del Señor Jesús termino con su muerte. Dios encarnado no tomo esposa ni dejo hijos naturales. De acuerdo a la cultura humana, Jesús fracasó al no dejar semilla (hijos naturales). Era muy importante en aquel tiempo que el hombre dejare hijo primogénito. Era el primogénito el que heredaba todas las bendiciones.

La realidad es, que el Señor no fracasó. ¡Gloria a Dios! Jesús es la única persona que ha procreado simiente por medio de su muerte y resurrección. El profeta Isaías nos dice eso.

“Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad ni hubo engaño en su boca. Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, vera linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada” (Isaias 53:8-10).

Las palabras del apóstol Pablo a los Galatas, se hacen mas claras a la luz de esta revelación.

“Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.” (Galatas 3:16).

“Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.” (Galatas 3:29).

Abraham tenia muchos descendientes, pero la escritura declara que la promesa era solamente para su simiente, la cual es Cristo. Así que la promesa es hecha a una sola simiente… Cristo. La Biblia King James no hace diferencia entre la palabra simiente y linaje, ya que estas dos palabras tienen la misma connotación. Esto es importante conocerlo, y es el eslabón que encadena estos dos versos 16 y 29. Al ser de Cristo (uno con Cristo), entonces somos la simiente de Abraham y tenemos la bendición del primogénito… ¡Aleluyaaa!!!

El profeta Isaías, llama a Jesús “Padre Eterno” (Isaías 9:6). Este titulo le es dado, debido a la generación que saldrá de el por el Espíritu a través de la obra terminada de la cruz.

En el capitulo 8 y verso 18 el profeta hace mención de estos hijos: “ He aquí, yo y los hijos que me dio Jehová somos por señales y presagios en Israel, de parte de Jehová de los ejércitos, que mora en el monte de Sión.”

¿Sabia usted que no tiene que andar buscando señales y prodigios? ¡Usted es una señal y un prodigio! Usted es del linaje del Espíritu, descendiente del Señor. ¡Somos el Monte Zion, Pueblo de Dios, la Nueva Jerusalén, la esposa del cordero, la Ciudad del Dios Vivo! Somos el cuerpo de Cristo, “la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo”. (Efesios 1:23).

Así como Jesús era la imagen de Dios en la tierra, nosotros somos la imagen de Jesús en la tierra. Una nueva generación no nacida de hombre natural sino de simiente incorruptible, somos la generación profética, la generación 42.

Características
De La Generación Profética

Vamos a definir las características de la generación la cual David esta profetizando.

3. ¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quien estará en su lugar santo?
4. El limpio de manos y puro de corazón; el que no ha elevado su alma a cosas vanas,
5. El recibirá bendición de Jehová, y justicia del Dios de Salvación.
6. Tal es la generación de los que le buscan, de los que buscan tu rostro, oh Dios de Jacob”. Selah
La característica de la generación mencionada en este salmo es “los que buscan tu rostro”. ¿Qué significa esto?

Significa, que Dios esta levantando una generación integra. Una generación que no viene a jugar a la Iglesia, o a cantar por cantar. Una generación que más que oír acerca de lo que Dios ha hecho quiere demostrar que él todavía esta haciendo. Una generación dispuesta a ver el rostro de Dios y morir así misma, para que Jesús sea exaltado. Esta es la generación de la cual David esta profetizando.

El verso 3 menciona el lugar santo donde estaba el tabernáculo, “el monte de Jehová”. Ya que David fue el escritor de este Salmo, entendemos que “el lugar santo” o “el monte de Jehová” es monte Zion. Fue en este lugar donde David levanto un tabernáculo (carpa) para guardar el Arca una vez esta fuese transportada a la ciudad de Jerusalén. Así que no esta hablando del Tabernáculo de Moisés, el cual estaba erigido en otro lugar o del Templo de Salmón ya que este no estaba edificado todavía. Este es el tabernáculo de David del cual se habla en Hechos 15:16. Es importante entender que el tabernáculo de David es el prototipo de la Iglesia Nuevo Testamentaria. O sea, que la Iglesia es responsable de mostrar la gloria y presencia de Dios en esta tierra.

En el tiempo de los Salmos, cuando alguien quería buscar el rostro de Dios, iba al lugar santo donde estaba manifiesta Su presencia. El Arca representaba esta presencia, y estaba en el tabernáculo de David.

La Iglesia (no el edificio), se ha convertido en el Arca que contiene la presencia de Dios, pero el no tener la cobertura del tabernáculo de David ha dejado esa presencia sin efecto. Se han hecho coberturas denominaciones y doctrinales sacando el arca del tabernáculo y poniéndola en estas. El resultado es que la gloria esta presente pero no manifestada.

Para entender esto vamos a 1 Samuel 7:1-2 – “Vinieron los de Quiriat-jearim y llevaron el arca de Jehová, y la pusieron en casa de Abinadab, situada en el collado; y santificaron a Eleazar su hijo para que guardase el arca de Jehová.
Desde el día que llegó el arca a Quiriat-jearim pasaron muchos días, veinte años; y toda la casa de Israel lamentaba en pos de Jehová”.

Unos veinte años y seis meses habían pasado desde que el pueblo de Israel había recuperado el arca. Esta había sido tomada por los filisteos en una batalla. La presencia del arca era un signo de victoria para el pueblo de Israel. Teniendo el arca presente, era una garantía de que nada podría derrotar a Israel.

“Y los filisteos presentaron la batalla a Israel; y trabándose el combate, Israel fue vencido delante de los filisteos, los cuales hirieron en la batalla en el campo como a cuatro mil hombres” (1 Samuel 4:2).

Israel pensó que la razón para esta derrota, era la ausencia del arca en el campamento. Así que decidieron enviar por esta.

“Cuando volvió el pueblo al campamento, los ancianos de Israel dijeron: ¿Por qué nos ha herido hoy Jehová delante de los filisteos? Traigamos a nosotros de Silo el arca del pacto de Jehová, para que viniendo entre nosotros nos salve de la mano de nuestros enemigos. Y envío el pueblo a Silo, y trajeron de allá el arca del pacto de Jehová de los ejércitos, que moraba entre los querubines; y los dos hijos de Eli, Ofni y Finees, estaban allí con el arca del pacto de Dios” (1 Samuel 4:4-5).

El resto de la historia, nos dice que el pueblo grito de jubilo. Que los filisteos se asustaron, y que Israel perdió la batalla y el arca también. ¿Qué sucedió? ¿No tenían el arca?

Hay dos cosas que causaron esta derrota aun cuando el arca estaba presente. Primero, la confianza estaba puesta en el arca y no en Jehová de los ejércitos. “Traigamos a nosotros el arca del pacto de Jehová para que viviendo entre nosotros nos salve…”. Segundo, Eli y sus hijos Ofni y Finees estaban en rebelión contra Jehová (1 Samuel 3:13).

El pueblo de Israel no entendió, que la presencia del arca demandaba santidad de parte del pueblo que poseía esta. Se convirtieron en idolatras del arca pensando que la posesión de esta les daría la victoria. Cuando los Filisteos la tuvieron en su campamento, causo serios problemas entre ellos. No podía traer bendición a un pueblo idolatra y pagano. Quizás el verso de 1 de Samuel 2:30 no ayude a entender el modo de operación de Dios – “…yo honro a los que me honran”. Israel había deshonrado a Dios y Dios los dejo en manos de sus enemigos.

Note que veinte años y seis meses mas tarde, todavía Israel sigue sin la presencia de Dios aun teniendo el arca nuevamente (1 Samuel 7:2). El profeta Samuel le presenta al pueblo la solución al problema – “Si de todo vuestro corazón os volvéis a Jehová, quitad los dioses ajenos y a Astarot de entre vosotros, y preparad vuestro corazón a Jehová, y solo a él servid, y os librara de la mano de los filisteos” (1 Samuel 7:3).

La presencia de Dios es manifiesta en un pueblo que honra a Dios en todo. David entendió esto, y al traer el arca a Jerusalén erigió un tabernáculo donde continuamente hubiese alabanza, adoración, e intercesión (1 Crónicas 16:4). Israel floreció a tal grado, que el reinado de David es conocido como el tiempo de oro de Israel.

Cada vez que los reyes de Israel instituían el orden de adoración Dadivico en el templo, Israel tenia un avivamiento espiritual seguido por grandes victorias.

Ocho Líderes que Instituyeron
El Orden Dadivico del Tabernáculo

1.David – 1 Crónicas 15:16
2. Salomón – 2 Crónicas 5:12-13
3. Josafat – 2 Crónicas 20
4. Joas – 2 Crónicas 23:18
5. Ezequías – 2 Crónicas 29:30
6. Josias – 2 Crónicas 35
7. Esdras – Esdras 3:10
8. Nehemías – Nehemías 12:28-47

Antes de seguir adelante, tomaremos una mirada a las tres dimensiones de esta restauración.

“En aquel día yo levantaré el tabernáculo de David, caído, y cerraré sus portillos, y levantaré sus ruinas, y edificaré como en el tiempo pasado;
Para que aquellos sobre los cuales es llamado mi nombre, posean el resto de Idumea, y á todas las naciones, dice Jehová que hace esto” (Amos 9:11-12).

“Y puso delante del arca de Jehová ministros de los Levitas, para que recordasen, y confesasen, y loasen á Jehová Dios de Israel: “ (1 Crónicas 16:4).
Dimensión Sacerdotal – Un enfoque continuo a la intercesión (Isaías 56:6-7).
Dimensión Profética – Un enfoque al ministerio profético para prosperar y establecer la Iglesia –
(2 Crónicas 20:20).
Una Dimensión Levita – Un enfoque al ministerio de alabanza y adoración que hace manifiesta la presencia de Dios en la Iglesia – (2 Crónicas 5:12-14).

La restauración del tabernáculo de David tuvo su comienzo en la Iglesia del Nuevo Testamento, en Antioquia. Esta Iglesia conocía el ministerio profético, apostólico, evangelistico, pastoral y el del maestro. Era una Iglesia intercesora y que ministraba al Señor (Hechos 13:1-3). Esta Iglesia seria categorizada hoy en día como una Iglesia de restauración. Desde los comienzos en Antioquía hasta el presente, la iglesia a pasado a través de un proceso de transición. Los apóstoles y profetas han puesto precepto sobre precepto y la Iglesia en diferentes épocas a visto lloviznas de la lluvia tardía en ella.
Hemos entrado al tercer día (Óseas 6:1-3), y la restauración de las tres dimensiones del tabernáculo esta por *****plirse para que “…el resto de los hombres busque al Señor…”

La restauración del tabernáculo de David es esencial para completar la gran siega de almas que ha sido prometida a la Iglesia. Este será el *****plimiento del gran avivamiento mundial profetizado por años.

Entrando en Su Restauración

Como ya vimos, Dios ha de restaurar el tabernáculo de David en la Iglesia. Esto conlleva una preparación, departe de aquel pueblo, que quiere esa restauración. Recordemos que la gran derrota de Israel, fue el no vivir una vida de acuerd al arca que tenían en el campamento. La victoria de David, fue poner el arca en un tabernáculo donde personas santificadas ministraban día y noche.

El Salmo 15 nos da las cualidades de aquellos que experimentaran el impacto restaurador del tabernáculo de David. No es cantar o tocar lo que causara la manifestación poderosa de la gloria del Señor el nuestros cultos, sino la calidad de vida de aquellos que buscan el rostro de Dios. Entienda que este Salmo no esta hablando del cielo, sino del tabernáculo de David y las cualidades de aquellos que entraran a él.

¿Cree usted que era la carpa erigida por David lo que constituía el tabernáculo? Podemos construir un edificio y llamarle Iglesia. Pero, ¿Será ese edificio una Iglesia? Un principio muy importante ha tener en mente, cuando hablamos de la restauración del Tabernáculo de David; es que el lugar no decide su identidad sino lo que se hace en él. Le daré un ejemplo. A un edificio le llamamos restaurante y a otro le llamamos biblioteca. ¿Que es lo que hace que él restaurante sea restaurante o que la biblioteca sea biblioteca? Lo que hacemos en el lugar, ¿cierto? Lo que hacemos hace el lugar.
Tomemos otro ejemplo de Mateo 21:12-13. Jesús entra el templo el cual es llamado Casa de Oración. La actividad en el templo es de mercadería corrupta. Jesús dice, que el templo será llamado casa de Oración, pero debido a la actividad dentro de este lo han convertido en cueva de ladrones.

No podemos experimental la restauración del tabernáculo de David, a menos que nosotros mismos hayamos sido renovados. Un pueblo renovado es un pueblo restaurador. Un pueblo restaurador establece en la Iglesia el Tabernáculo de David. Recordemos a Israel y la razón de porque no entraron al reposo (aun cuando el reposo estaba presente para todos) (Hebreos 4:6). Sabían lo que Dios había dicho, y estaban viendo su mover, con todo prefirieron seguir haciendo lo que habían hecho por cuarenta años y no entraron.

Once Cualidades
de Un Pueblo Restaurador

1. Integridad – Un pueblo que se conforma a la palabra de Dios. Cuyo motto es “si la palabra lo dice, es mío”. Un pueblo cuyo patrón de conducta es la Biblia.
2. Hace justicia – No hace acepción de personas.
3. Habla verdad en su corazón – Es sincero, no de doble animo.
4. No calumnia – No es acusador de los hermanos, no toma el lugar del diablo.
5. No hace mal – Siempre busca la oportunidad para hacer bien.
6. No admite reproche – El acusador no es bienvenido a sus oídos.
7. Menosprecia al vil – Le da poco valor a hombre que no es recto. Esto incluye todos los programas chabacaneeros de la televisión.
8. Honra a los que temen a Jehová – Le da el lugar, y la atención a los siervos de Dios.
9. No es cambiante – Es persona de una palabra, de un si o un no.
10. No es usurero – No invierte el dinero en ganancias deshonestas.
11. No admite cohecho – Se niega a testificar contra el inocente no importa lo que le ofrezcan.

D.L Moody dijo; “El mundo no ha visto lo que Dios puede hacer con un hombre que se entrega a él sin reservas”. Bueno, el mundo esta por ver lo que Dios ha de hacer no con un hombre sino con una generación, que sé esta levantando en la Iglesia. Dios esta restaurando el tabernáculo de David.

Tomado del libro La Gloria en la Casa de Luis Nazario.