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La vocación y nuestro rol en la vida

A continuación análizaremos las razónes de la crisis vocacional, y porque no existencial, en la juventud latinoamericana, y rebelaremos las razones por la cual si vale la pena vivir y cual es el sentido de la vida.

1. PENSAMIENTO Y CONDUCTA PREDOMINANTE EN LOS JOVENES

Las caracteristicas de la juventud latinoamericana son muchas, pero en lo que respecta a su actitud frente a la vida se encontró las siguientes:

(a) El descompromiso. Producto de la frustración, desepción y desencanto frente a las propuestas y promesas de cambio, debilitandose la esperanza, los sueños y los ideales. Lo cual genera en los jóvenes una actitud descomprometida, carente de interes y deseo de apoyar a alguna causa o idea.

(b) El individualismo. El vacio de ideales o convicciones es llenado por una actitud individualista, procurandose tan solo el bien o placer personal, generandose una juventud egoísta, narcisista y hedonista.

(c) El utilitarismo. La busqueda de conveniencias, el uso de los medios actuales o potenciales de alcanzar los propios intereses, para alcanzar favores, puestos y ganancias es otra caracteristica de la juventud latinoamericana, en la que la vocasión de servicio es una idea romantica que no concuerda con sus criterios de maximización de las oportunidades y los recursos.

(d) El pasivismo. La actitud pasiva frente a los problemas sociales, con un inmenso vacio de reflexión, de critica constructiva y de toma de conciencia frente a la crisis de la sociedad.

(e) La sensualidad. “El motivo de vivir gira alrededor de la busqueda de sensaciones fuertes en imagén, sonido, tacto y experiencias. Descomposición sexual, alcoholismo y drogadicción son algunas de estas expresiones” .

(f) Lo electrónico. El auge de la industria electrónica se muestra en los juegos, videos, instrumentos musicales, equipos de audio y sonido, y a creado una cultura de imagen y sonido, generando una juventud alienada.

(g) Sentido de búsqueda. En medio de todo existe un sentido de búsqueda en los jóvenes; “búsqueda de mitos, modelos, y una razón para vivir. Sobre todo se percibe una búsqueda de lo trascendental, de lo oculto, de lo espiritual. Es una búsqueda también por lo novedoso, por aquello que posibilite nuevas experiencias, pero que sobre todo provea seguridad” .

2. EL ORIGEN DEL VACIO VOCACIONAL

En un momento de la historia la armonia que existia entre el ser humano con Dios, con sigo mismo, con su prójimo y con la creación se arruino; es en ese momento que surge en el corazón de la persona humana la rebeldia hacia Dios y por ende todo lo malo. El fin para el cual fue creado el hombre dejó de ser una realidad. Y es el pecado aquel elemento que genero esta desarmonia, haciendo que el hombre intente ser Dios y viva en autonomia de Dios (Gen. 3:1-6).
Respecto a esto John Stott escribió: “La existencia de noticias sensacionales en la prensa diaria y de extravagantes relatos de amor o crimen en el cine; las carreras y los cabarets; las apuestas y toda clase de juegos de azar; la actual epidemia de drogas, sexo y violencia: todas estas cosas son síntomas de la búsqueda humana de satisfacción. Reflejan la sed de Dios a la vez que la separación de El. Razón tuvo San Agustin cuando dijo, en las bien conocidas palabras que se encuentran al comienzo de sus Confesiones: “Tú nos has hecho para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que encuentra descanso en tí”. Esta situación es indescriptiblemente trágica. El hombre no alcanza el destino para el cual fue hecho por Dios” .
Sin la caída la historia sería “un libro sin título, sin tapa y sin introducción”(Herder) .
Es así que el ser humano dejó de responder al llamado de Dios, y es allí cuando surge el vacio vocacional en todo ser humano, la perdida del sentido de la vida.

3. LA VOCACION Y NUESTRO ROL

El origen del término vocación es esclusivamente teológico, que expresa una relación directa entre Dios y el hombre. La raiz griega del término vocación en el Nuevo testamento es Kaleo, que significa llamar. De este verbo se deriva Klésin que se traduce “llamado” y “vocación”.
Don Miguel de Unamuno, pensador español y existencialista, luchaba por encontrarle sentido a la vida, a la suya, a la del hombre y a la del mundo. El escribió: “Este de la propia vocación es acaso el más grave y más hondo problema social, el que está en la base de todos ellos. La llamada por antonomasia cuestión social es acaso, más que un problema de reparto de riquezas, de productos de trabajo, un problema de reparto de vocaciones” .
En medio de la crisis politica, economica, social y espiritual de nuestra nación muchas veces me han propuesto viajar a otro país, donde el nivel de vida es más alto, para tener una “mejor vida”. Y yo preguntaba por lo que me ofrecian en ese país, y se me decia: “comodidades”; frente a lo cual yo replicaba: “tan poquito” .Y la razón de mí negativa es que yo se que en estas cosas no esta la satisfacción que tan ardientemente necesito, pues no es lo material ni las comunidades lo que busco, lo que busco es tener un rol conforme al llamado de Dios en la historia, en la realidad que me rodea, en mí nación, para ayudar a mí pueblo, a mi gente.
Un caso muy patetico es el del rey Salomón, quien se dio a la risa, a la comida y a la bebida, a las empresas, a la atención de la servidumbre, a la a*****ulación de tesoros, a la música, y dijo: “No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque ni corazón gozo de todo mi trabajo; y esta fue mi parte de toda mi faena. Miré yo luego todas las obras que habian hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol” (Ec. 2:10-11). Y es en medio de estas cosas que la gente se pregunta ¿cómo puedo ser feliz?
La actitud, calificada de pesimista y negativa, de Salomón se atribuye a que el tomaba como punto de referencia al Sol, respecto del cual la vida es tan sólo material, efimera, intrascendente y quizas sin sentido; pero cuando al final del libro de Eclesiastes valora a Dios como el punto de referencia para sus vivencias y su existencia es cuando descubre lo que le da sentido a su vida, estar consagrado a su Creador: “…El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre”(Ecl. 12:13 RV).
“Eclesiastés a pintado el peregrinage espiritual de un hombre preocupado por el sentido de la vida … No se requiere la ciencia filósofica para temer a Dios, es decir, caminar reverente delante del Señor, guardar sus mandamientos, esto es, someter la totalidad de nuestra vida a su voluntad. Esta es, sencillamente la demanda que Dios hace a su pueblo” .
El Rev. John Mackay afirmó: “por lo general, uno da con su vocación por una de estas dos vías: el descubrimiento de una capacidad especial, o la visión de una necesidad urgente” .
Ni las riquezas, ni las comodidades, o los titulos, o los placeres pueden llenar ese vacio espiritual que mora en el ser humano, ese vacio de Dios y de *****plir con Su llamado, de vivir conforme a las dos maximas que nos manda Jesucristo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente … Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mt. 22:37,39 RV); afectos que sólo nos puede infundir el Espíritu Santo en el Nuevo Nacimiento (Jn. 3:3; 1:12-13; Rom. 8:26; Ga. 5:22-23).
En lo profundo del corazón del hombre existe un vacio de Dios,un vacio de amor, pues Dios es amor. Y el hombre busca llenar ese vacio con cosas efimeras y temporales, es así que toda persona que busca realizarse al margen de Dios vive alienada de Dios, lo cual le conduce inevitablemente a la esclavitud del diablo y del pecado, pagando las consecuencias de su rebeldia.
En vista de esto cuando veo algun jóven, cristiano o no, que busca llenar su vida con alcohol, dinero, romances, fiestas, musica, u otras experiencias, veo finalmente a alguien que busca llenar ese vacio de Dios, y es a Dios a quien necesita, allí esta la esperanza y la posibilidad de que encuentre el sentido de la vida y su vocación.
Soren Kierkegaard escribió: “pero este yo (yo humano) alcanza una nueva cualidad y una nueva calificación al ser precisamente un yo delante de Dios. Ahora ese yo ha dejado de ser simplemente un yo humano para convertirse en lo que estoy dispuesto a llamar, con la esperanza de que no se me entienda mal, el yo teológico, es decir, el yo precisamente delante de Dios. ¿Acaso no es una nueva realidad infinita la que alcanza el yo al saber que existe delante de Dios? … Nuestro yo individual y concreto solamente llega a ser un yo infinito mediante la conciencia de que existe delante de Dios…” .

4. EL SENTIDO DE LA VIDA

En medio de la crisis que se observa y vive a diario muchos jóvenes en una actitud reflexiva y de genuina búsqueda suelen perguntarse: ¿de donde vengo?, ¿quien soy?, ¿por que vivo?, ¿para que vivo?, ¿cual es mi lugar y el rol que juego?, ¿hacia donde me dirijo? ¿Cómo puedo vivir una vida distinta?.
Existe tambien una pregunta que no esta ligada a lo temporal sino a lo eterno y que brota de la común necesidad del hombre desde el principio de la historia hasta el fin: ¿como puedo ser feliz?.
La gente búsca una razón para vivir, busca la felicidad, busca su realización.
El Rev. José D. Camacho escribió: “a través de todo el continente americano nos llega el clamor de una juventud que ansía encontrarle sentido a la vida. La tarea no es fácil. No existen atajos, ni fórmular mágicas que garanticen un salvoconducto a la felicidad mientras recorremos el sendero de la vida … No sólo tiene la vida sentido, sino que dentro del contexto de la fe cristiana, la vida debe constituir una experiencia abundante” .
“La vida cobra sentido cuando descubrimos su razón de ser. Las preguntas “¿Por qué vivo?, y ¿para qué vivo?” sugieren la clave del sentido mismo de la vida. Claro que existe un gran porcentaje de la juventud que se conforma con “vivir la vida” sin preocuparse en lo absoluto del por qué y el para qué de ésta. Parece ser necesaria la agudización de la crisis hasta la desesperación, para que la juventud sea capaz de plantearse con verdadera seriedad la cuestión del sentido de la vida”(J.D. Camacho).
Frente a la pregunta “¿por qué vivo?” muchos pueden responder: “Porque soy el producto de un accidente de la naturaleza”, u otros responderían “porque soy el producto de una ley natural de procreación y preservación de la especie humana”, pero son respuestas que limitan la vida a lo puramente material. Y frente a la pregunta “¿para que vivo?” otros responderían: “vivo para mí mismo, el disfrute de la vida es lo más importante para mí”, o responderían con frustración “mi vida no tiene ningún objetivo en particular, no tiene sentido”.
Es util análizar la vida a partir de los componentes de la integridad del ser humano a fin de comprender los requerimentos para su realización.

(a) El componente soma. El cuerpo es la expresión físico biológica del ser humano. El cuerpo fisico es uno de los componente de nuestra persona, al cual debemos sustentar y proteger. La palabra en el griego del Nuevo Testamento para “animal” y “natural” es una misma: fisiken (Rom. 1:26-27; 2 P. 2:12).
Pero esto no significa que el hombre es tan sólo un animal racional, como afirman algunas corrientes que interpretan al hombre desde una perspectiva biologica unicamente, pues el hombre no es un antropoide “civilizado”. En palabras del Rev. Camacho, “cuando lo que es esencial en el hombre se reduce a la mera satisfacción de los sentidos, esto es, al área de su expresión físico biológica o vida animal, el ser humano de deshumaniza y prostituye. De esta manera el cuerpo humano “maravillosamente hecho” por Dios, se bestializa y se convierte en recinto de bajas pasiones e incubadora de toda suerte de inmundicias”, es así que pierde su sentido cuando se le mide y cataloga sólo desde ese angulo. Y Pablo nos dice que: “…presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional” (Rom.12:1)

(b) El componente psicho. En la actualidad existen demasiadas personas que no les interesa pensar y hacer uso de su intelecto, no quieren enfrentarse consigo mismo. ¡Prefieren vivir así, sin sentido!. Pero el hombre como ser pensante esta llamado a hacer juicio sobre sí mismo y sobre las cosas que le rodean, y requiere de ejercicio intelectual, introspección, abstracción y análisis de la realidad que lo rodea, a fin de encontrarle sentido a la vida.
La Biblia nos habla del alma, y que según los teólogos involucra la expresión psíquica (mente) del ser humano; el asiento de la razón, voluntad y sentimientos, a travez del cual el hombre cobra conciencia de su existencia. Pablo dice: “…transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Rom. 12:2).
Una vida desenfrenada, puramente animal, deshumanizante, tan solo causa profundas heridas, un tremendo desequilibrio emocional y mental (psíquica), debido a la sensación de culpabilidad, autorechazo, frustración, insatisfacción, inseguridad, fracaso, o desesperación.

(c) El componente pneuma. La expresión espiritual (pneuma) del ser humano, es el medio por el cual el hombre persibe el llamado divino, es capaz de responder al propósito de Dios y al destino para el cual fue creado. Solo el espíritu del hombre puede percibir, reconocer y entrar en armonía con el Espíritu Santo. Actualmente los terapeutas, en los centros de reabilitación de drogadictos y alcoholicos, han llegado a convencerse de la necesidad de agregar el elemento espiritual en las terapias, es decir la concideración de lo divino para la rehabilitación y salud emocional de las personas.

La vida cobra su verdadero sentido cuando espíritu, alma y cuerpo, las tres expresiones que constituyen al ser humano, se colocan dentro de la perspectiva de la imagen de Dios, como nos ha sido revelada en Jesucristo, y *****plir con el llamado existencial que nos hace de ser parte de la misión revolucionaria, la misma misión para la que vino Cristo, para que cada individuo cresca hasta ser conforme a la imagen de Jesucristo (Rom. 8:29) y así tenga vida y vida en abundancia (Jn. 10:10). No en vano las Escrituras nos dicen:”…y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo” (1 Tes. 5:23).
Para muchos jóvenes, y aún “cristianos”, la fe cristiana no tiene una dimensión existencial, y la experiencia religiosa se limita a un ritual dominguero, un tradicionalismo, superficial, totalmente divorciado de la realidad personal y circundante, una parte del orden social o status quo establecido.
La fe cristiana tiene una dimensión existencial, y confronta al hombre con su vida, su historia, su realidad, su responsabilidad, para tener un rol que es vivir y morir para el Señor, perteneserle a El (Rom. 14:8). Y lo más hondo del cristianismo no puede conseguirse en una clase academica, tiene que ser experimentado y sentido en el camino, siguiendo en pos de Jesús el Maestro; no hablo de ser sensuales sino de la necesidad de una experiencia personal con Cristo mismo.

CONCLUSION

En medio de nuestro peregrinaje de servicio a Dios, uno suele enfrascarse en muchos trabajos propios del ministerio eclesiastico, estudiar mucha teologia, conocer muchas ideas y creencias, conocer muchas realidades, o tambien desempeñarse en otras labores de indole no religioso pero productivo; y al final en un momento a solas y de autoanalisis uno se pregunta: ¿Quien soy yo? ¿Cual es el sentido de la vida? ¿Que o quien llena mí vida?. De semejante manera el gran pensador don José Ortega y Gasset se pregunto : ¿quién soy yo?, ¿qué es el mundo?, ¿cómo quisiera yo ser en ese mundo? ¿qué género de espíritu quisiera yo tener?. Y es en ese momento cuando uno reconoce que es Cristo quien le da sentido a nuestras vidas, El es el absoluto, El es “el camino, la verdad y la vida“ (Jn. 14:6).
La vocación es la respuesta afirmativa y voluntaria al llamado del Señor a *****plir un rol y una misión en la vida, El da pleno significado a la vida de todo aquel que decide seguirle, de esta manera nuestra existencia responde a una voz de lo alto que habla a nuestro ser para darnos en amor a El y a nuestro prójimo, de tal modo que es el amor lo que nos mueve, lo trascendente y no lo intrascendente. Es con este espíritu que podemos emprender las empresas que El nos encomiende, con el corazón rebosante de sueños y proezas por Cristo.
Es así como el pastor negro Martin Luther King Jr., premio Nobel de la Paz en 1964 y líder de la no violencia, quien dirigió la famosa Marcha a Washington para reclamar los derechos civiles, y luchador por la igualdad racial que fué asesinado el 4 de abríl de 1968 en Memphis (Tennessee), respondio a su vocación conforme al llamado de Dios. El dijo: “Como todos, me hubiera gustado tener una larga vida, pero todo esto no me concierne más…sólo quiero *****plir con la voluntad de Dios” .
Preguntemonos como el pastor pacifista Dietrich Bonhoeffer, fusilado en un campo de concentración Nazi, en respuesta a su vocación: “¿Qué quiso decirnos Jesús a nosotros? ¿Cuál es su voluntad para nosotros en el día de hoy? ¿Cómo puede El ayudarnos a ser buenos cristianos en el mundo moderno?” . Y así descubramos nuestra identidad, la razón de nuestra existencia, nuestra vocación, nuestro rol en el mundo y en la historia, o sencillamente cual es la voluntad de Dios para nuestra vida ahora, allí esta la dicha y la felicidad.

Autor: Renán Sánchez Huayaney