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La obra humana y la de Dios

El Hombre que dejo el reposo y comenzo a obrar

Jesús describió el aspecto más miserable, sucio, y deshonroso del hombre al igual que el aspecto más limpio, bendito, y glorioso del hombre en la parábola del hijo pródigo que aparece en el libro de Lucas, capítulo 15. El hijo menor, quien dejó a su padre y se había marchado a una tierra lejana, malgastó su herencia en vida prodigial. Una vez que lo hubo malgastado todo vino una gran hambre a aquella provincia y comenzó él a pasar necesidad. Por esto fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual lo envió a su hacienda para apacentar cerdos. Estando adentro de una porqueriza, el hijo pródigo simplemente continuaba ensuciándose más y más con el animal mas inmundo, sucio y deshonroso: el cerdo. Deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. Através de este aspecto del hijo pródigo, Jesús describió el aspecto del hombre que no tiene otra opción mas que morir como resultado de haber dejado a Dios. Cuando el hijo menor regresó a casa su padre le puso el mejor vestido, anillo en su mano, y calzado en sus pies. Luego trajo el becerro gordo, lo mató e hizo gran banquete. Por medio de este aspecto del hijo menor Jesús describió el aspecto del hombre que fue santificado, embellecid, glorificado y bendecido por la gracia del Padre.

En Génesis capítulo 1, cuando Dios creó los cielos y la tierra, Dios completó su obra en seis dias y descansó de toda su obra al séptimo día. Mientras Dios estaba trabajando para crear el cielo y la tierra el hombre no tuvo parte en Su obra. Como Dios creó al hombre al final de su creación, el hombre no pudo ver a Dios trabajando sinó reposando. Pero podemos ver que el hombre comienza a obrar en Génesis capítulo 3. Cuando la serpiente tentó a Eva, ella fue impulsada a tomar el fruto del conocimiento del bien y del mal. ´Si lo como seré como Dios´. Después de comerlo Adán y Eva se dieron cuenta de su desnudez y se cocieron hojas de higuera y se hicieron delantales.

Unos miles de años después Dios descendió encarnado para ver cual había sido el resultado de la obra del humano. ¿Cómo eran las vidas de los hombres a los ojos de Dios? ¿Eran gloriosas, benditas, o felices? Nunca así. Ante Dios los hombres en la tierra estaban enfermos y hambrientos. No sólo eso, sino que estaban en una condición tan miserable que no les quedaría mas que morir bajo el yugo de Satán y del pecado. Por esto Jesús primero nos quería mostrar la diferencia entre la obra del hombre y la obra de Dios. Jesús quería que el hombre desechara la idea de hacer algo diligentemente, y que simplemente se presentara ante Dios para que el hombre pudiera recibir y disfrutar lo que Dios había preparado para ellos. De esta manera Jesús describió el aspecto más miserable y el aspecto más glorioso del hombre en Lucas 15. Jesús nos muestra claramente cual seria la razón por la que el hombre sería miserable y de ser bendito. Esto es decir, El quiere que nosotros entendamos la diferencia entre la obra del hijo menor y la obra de su padre.


LA OBRA DEL HIJO MENOR Y LA OBRA DEL PADRE


Desde Lucas 15:11 podemos leer la obra del hijo menor. “Un hombre tenía dos hijos, y el menor de ellos dijo a su padre … No muchos dias después, juntándolo todo, el hijo menor lejos a una provincia apartada…”

De acuerdo a su propia voluntad, dejó a su padre llevando su herencia de los bienes de su padre y se fue a una tierra lejana. Allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. Cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia y comenzó a faltarle. Por esto se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentara cerdos. Al final terminó en una pésima situación en la que no podía ni siquiera comer de las algarrobas de los cerdos. El fruto de la obra del hijo menor fue dejar su padre al principio y terminar ante la muerte como fin de su obra. Sin embargo, cuando él regresó a su padre, su padre comenzó a obrar para él de allí en adelante.

“Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó a su cuello, y le besó.”(Lucas 15:20). El hijo menor no hizo nada, sólo estaba la obra del padre allí. El padre lo vió, el padre tuvo compasión, el padre corrió a él, el padre lo abrazó, y le besó. El padre le dijo a sus siervos, “Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies.” El padre transformó al una vez sucio y miserable hijo menor en el más bendito, hermoso, y glorioso.

Jesús nos da dos verdades contradictorias através de Lucas 15. Primero, más obra humano simplemente traerá mas miseria a la vida del hombre. Al final el hombre no tendrá otra opción mas que perecer. La segunda verdad es que cuando Dios obra por nosotros, nosotros podremos alcanzar la más alta, recta, y gloriosa posición.

Grandes cantidades de personas piensan que la vida de la fé es dejar de fumar, tomar, la vida pecaminosa, tratar de vivir una vida santa, y esforzarse para vivir de acuerdo a la Palabra de Dios. Pero esto no es la verdadera fé. Lo que piensan son puras obras de hombre. Si pudiéramos mejorar por nosotros mismos, ¿para qué necesitamos a Dios? Entonces, ¿porqué tuvo Jesús que ser clavado y crucificado en la cruz? A pesar de esto la gente aún trata de hacer algo por sí mismos siendo engañados por Satanás al no conocer el resultado de su obra. Sin embargo, mientras más tratamos de hacer algo más nos acercamos a la maldición. Para empezar tenemos que dejar nuestros esfuerzos por cambiarnos a nosotros mismos, y presentarnos ante Dios tal como somos. Una vez que nos dejamos a nosotros mismos al cuidado del Señor esperando su obra es entonces El nos cambiará a nosotros que una vez no teníamos opción mas que perecer. Eso es fé, y sin embargo muchos no entienden esta verdad claramente. Ellos creen que la razón de su impureza y desgracia es la falta de esfuerzos o errores. Por esto ellos aún intentan cambiarse por medio de sus decisiones y obras. La fé es regresar a Dios buscando de Su gracia tras rendirnos ante el entendimiento de la realidad que el resultado de nuestra obra no es otra cosa que la muerte, así como el hijo menor llegó a entender, “¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!”

La razón por la que el hijo menor pudo vestir la mejor vestimenta, buen calzado, un anillo, y además ser convidado a una gran fiesta como hijo no fue por haber hecho algo bien, sino por haber rendido su obra y retornado a su padre con una actitúd de corazón de entregarse al padre. Sin embargo muchos hoy en día piensan que podrán ocupar el asiento de honra igual que el hijo menor si se esfuerzan con todo. De modo que Jesús reveló claramente el resultado de la obra humana através de la historia del hijo pródigo. Nos mostró que caeríamos en el pecado sin tener otra opción mas que morir igual que el hijo menor si tratáramos de hacer algo por nosotros mismos.


CUANDO ESTABAIS MUERTOS EN VUESTROS DELITOS Y PECADOS


La Escritura dice en Efesios 2, “Y él os dio vida a vosotros cuando estábais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira lo mismo que los demás.” (Efesios 2:1-3).

En esta Escritura dice, “entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne y de los pensamientos.” Esto es decir, el hombre vivió de acuerdo a los deseos de la carne y de la mente. En conclusión la Escritura dijo que éramos por naturaleza hijos de ira que no teníamos otra opción sinó recibir maldición, destrucción e ira. Lo que leemos en los versículos del 1 al 3 es acerca de la obra humana cuyo resultado es ira y maldición.

Pero, en los versículos 5 y 6 la Escritura dice, “Aún estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracias sois salvos), y juntamente con él nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús.” En un instante, el hombre que debía recibir maldición se sentó en el trono con Cristo Jesús. El contenido de Efesios 2 es parecido a la parábola del hijo pródigo. ¿Cómo es que nosotros que deberíamos perecer y ser malditos podemos disfrutar la gloria del cielo con Jesucristo? Esto es porque Dios quien es rico en misericordia nos ama, no porque hagamos algo bien. El amor de Dios nos vivificó a nosotros quienes estabamos muertos en pecados, y como resultado nos pudimos sentar en Su gloria . Lo que Dios quiere que entendamos através de los 66 libros de la Biblia es la diferencia entre los resultados de la obra humana y la de Dios. Cuando Dios creó el cielo y la tierra un hermoso paraíso se formó, mas cuando el hombre trabajó él fue expulsado del paraíso.

Como en otro ejemplo; Esaú quien trabajó arduamente y puso mucho empeño para ser bendecido fue maldito mientras que Jacob, quien simplemente se presentó ante su padre por la gracia de su madre sin hacer nada, fué bendecido. También con esto la Biblia nos habla del hecho que el resultado de nuestra obra es solamente maldición y destrucción, pero todo lo que Dios hace es de bendición. Es decir, el secreto de la Biblia es que Dios salvó al hombre quien no tenía otra opción mas que perecer como resultado de su obra. El hijo pródigo terminó en una porqueriza enfrentándose a la muerte al tratar de hacer algo por sí mismo, pero fue bendecido y hecho honorable por la obra de su padre al darse cuenta de su inutilidad y regresar a su padre. Pero muchos están bajo la ilusión de tener que hacer algo más diligentemente siendo así engañados por Satanás. “Yo tengo que dejar de fumar y tomar. Necesito leer más la Biblia, debo pagar los diezmos, y guardar el Sábado …” Ellos creen recibirán la bendición de Dios si hacen algo bien y cambian su vida. Por esto hacen todo esfuerzo y arduo trabajo, y si fracasan se deciden y lo intentan de nuevo…. Continúan así repetidamente y al final caen en desepero, se cansan de la vida y mueren en pecado.


SI NOS PRESENTAMOS ANTE DIOS TAL COMO SOMOS


¿Cómo fue que el hijo pródigo llegó a usar la hermosa vestimenta y sentarse en asiento honroso? Un día se dio cuenta, “Señor, este es el resultado que recibí después de poner todo mi esfuerzo y arduo trabajo. A pesar de todo yo moriré a menos que reciba la gracia de Dios.” Dios quiere que nosotros tengamos una actitúd de corazón así para que nosotros dejemos nuestros esfuerzos y regresemos a Dios. Si el hijo menor se hubiera demorado aún mas en regresar, si él hubiera tratado de recuperarse para regresar a su padre, él simplemente hubiera permanecido mas tiempo en la porqueriza junto con más dolor. La Biblia nos dice innumerables veces, “Ve y preséntate ante Dios tan sucio y miserable como seas.”

“A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche .” (Isaías 55:1). Así es que no hay necesidad de refinarnos para presentarnos ante Dios. No deberíamos molestarnos en lograr cualquier condición para presentarnos ante Dios.

Las personas que están dispuestas a presentarse ante Dios cuando dan una ofrenda, oran fervientemente, son virtuosos, y guardan la ley. Pero cuando es al contrario y tienen un pleito, o cometen adulterio, ellos se sienten avergonzados y titubean en presentarse ante Dios. Es por esto que tantas personas no regresan a Dios aunque se hallan en la misma situación del hijo pródigo como resultado de cometer pecado. Tratan de regresar a Dios honorablemente por medio de hacer alguna obra decente. Sin embargo, mientras más lo intenten más vivirán en una porqueriza y más se acercarán a la muerte y destrucción. Si queremos presentarnos ante Dios, primero tenemos que ser libres de la actitúd de corazón que trata de refinarnos. Si dejamos esa actitúd de corazón y nos presentamos ante Dios tal y como somos, recibiremos la gracia de Dios inmediatamente. Satanás nos engaña constantemente para que no recibamos la gracia de Dios diciéndonos, “Esfuérzate más. Pón todo ánimo para no equivocarte esta vez, luego estarás bien.” Todo hombre son insensatamente engañados por Satanás y por esto tratarán hacer el bien por sus propio medios ante Dios, pero aún así, sus vidas se vuelven más y más malas y sucias.

En Lucas 15, Jesús nos muestra el resultado de la obra del hijo menor y el resultado de la obra del padre. El resultado de la obra del hijo menor fue maldición y destrucción mientras que la obra del padre resultó en hacerle sentar en el asiento honorable y santo. Através de esta parábola Jesús quiere que nosotros lo dejemos todo y regresemos a Dios. Si dejemos nuestro propio esfuerzo por cambiar Dios nos cambiará. Dios nos puede limpiar de cualquier tipo de pecado, sanar de cualquier tipo de enfermedad, y hacernos Su hijo sacándonos de cualquier maldición o destrucción.

¿Quién puede y quién no puede llevar una vida fiel? El que guarda el Sábado, dá diezmos, y trata de tener gran fé por sí mismo no podrá hacer otra cosa mas que vivir una vida sucia y desgraciada. Por el contrario, si alguno se entrega a sí mismo diciendo, “Dios, lo único que he recibido como resultado de todo mi esfuerzo es vergüenza. Por favor, me entrego a ti!”, y regresa a Dios, Dios es competente para lavar