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CUANDO LOS HOMBRES SE CONVIERTEN EN BESTIAS

Se han hecho varias películas basadas en el misterio relacionado con él. En este pasaje nos enteraremos del secreto de este extraño número y de las bestias que se identifican con él.

En el capítulo 12 el apóstol Juan vio un gran dragón rojo con siete cabezas, diez cuernos y siete coronas, que fue reconocido como una manifestación de Satanás y ahora en el capítulo 13 Juan ve otra manifestación de esa misma bestia.

«Y vi que subía del mar una bestia que tenía diez cuernos y siete cabezas. Sobre sus cuernos tenía diez diademas, y sobre sus cabezas había un nombre de blasfemia. La bestia que vi era semejante a un leopardo; sus pies eran como de oso, y su boca como la boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono y grande autoridad. Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal se había sanado. Y toda la tierra se maravilló en pos de la bestia. Y adoraron al dragón porque le había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia diciendo: ¿Quién es semejante a la bestia y quién puede combatir contra ella?»

Juan vio a esta bestia que salía del mar que, como ya hemos visto en varias ocasiones en Apocalipsis, es un símbolo de las naciones gentiles del mundo antiguo. Esta aparición es otra manifestación de Satanás como un poder malvado mundial en la tierra. En el capítulo 12 la bestia representaba al Imperio Romano del primer siglo y fue el instrumento del demonio para intentar destruir al niño hombre, que nació de la mujer que simboliza a Israel, es decir, a Jesús mismo. Aquí vemos a la misma bestia que surge en un momento diferente de la historia.

Si lee usted el capítulo siete del profeta Daniel, se dará cuenta de que está relacionado con este capítulo de Apocalipsis. En ese capítulo, también Daniel vio a las bestias que subían del mar, exactamente a cuatro de ellas. Una era como un león, otra como un oso, una tercera como un leopardo, los mismos símbolos que vemos que utiliza Juan aquí. Juntamente con estas tres bestias Daniel vio a una cuarta bestia poderosa, pero con un aspecto diferente al de las otras bestias y que tenía diez cuernos. Por lo tanto, en muchos sentidos, se relaciona con la bestia que Juan vio aquí.

Nos enteramos, por lo que dice en Daniel, que las bestias que vio representaban a los cuatro grandes imperios mundiales de su época y la siguiente. Primero estaba el babilonio, que era como un león, luego el medopersa, que era como un oso y luego el griego, que era como un leopardo con cuatro cabezas. Juan recoge estos mismos conceptos y los ve incorporados en esta bestia del mar, que aparece al ir desplegándose la visión. La extraña y cuarta bestia se puede reconocer en la historia como el Imperio Romano, con Roma como su capital. Todo ello se encuentra combinado en una bestia que tiene, por así decirlo, la ferocidad semejante a la del león babilonio, el poder aplastante semejante al del oso medopersa y la agilidad semejante a la del leopardo griego, pero en los últimos días aparece, un Imperio Romano restaurado, como veremos.

Les prometí que al llegar al capítulo 13 interpretaría el significado de los cuernos, las cabezas y las coronas de la bestia, aunque se nos ofrece mucha más información acerca de la bestia en el capítulo 17 de este libro. A pesar de que no intentaré explicar ese capítulo al llegar a este punto, sí quiero volver a él y mencionar algunas de las cosas que Juan reconoce. En el capítulo 17 Juan ve a la mujer sentado sobre la bestia roja. Ahora no voy a tratar acerca de la mujer, sí diré que la bestia roja sobre la que se sienta tiene siete cabezas y diez cuernos y un ángel le explica lo que significan estos símbolos. En el capítulo 17:7 Juan escribe:

«Y el ángel me dijo: ¿Por qué estás asombrado? Yo te explicaré el misterio de la mujer y de la bestia que la lleva y que tiene siete cabezas y diez cuernos. La bestia que has visto [que enlaza con mucho de lo que ya hemos visto en Apocalipsis.] Los habitantes de la tierra, cuyos nombres no están inscritos en el libro de la vida desde la fundación del mundo se maravillarán cuando vean a la bestia que era y no es y será.»

Esto la relaciona claramente con la bestia que estamos examinando en el capítulo 13, en el que también se dice que el mundo entero se maravilla por lo que le ha pasado a esta bestia.

La frase del capítulo 17 «la bestia que era y no es y será parece enlazarla con lo que hemos leído en el capítulo 13, versículo 3: «vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal se había sanado. Si, como ya hemos sugerido, esta bestia representa al mismo Imperio Romano que vio Juan antes, esto nos dice que aparece en el mundo un Imperio Romano, que ha resurgido, durante este período de siete años de duración de la historia de la civilización. Muchos eruditos han afirmado que la Biblia anuncia por adelantado una restauración, lo que muy bien podría llamarse un Imperio Romano Revisado, que emergerá en la Europa occidental de esos días.

De nuevo en el capítulo 17, el ángel continua explicándolo en el versículo 9.

«Aquí está la mente que tiene sabiduría [¡Todos ustedes la tienen, como es natural!]. Las siete cabezas representan las siete colinas sobre la que se sienta la mujer. Un poco más adelante en este capítulo se reconoce a la mujer como esta ciudad. ¿Qué ciudad se encuentra situada sobre siete colinas? ¡Todo el mundo en el mundo antiguo (y también en el moderno) sabe cuál es la respuesta! Es Roma. De nuevo tenemos una clara indicación de que la ciudad de Roma no tardará en ocupar un lugar destacado en la escena de los últimos tiempos.»

Ahora el ángel añade:

«Y son siete reyes [o reinos]. Cinco han caído, uno es, y aún no ha venido; y cuando venga, debe quedar solo por un breve tiempo. La bestia que era y no es, también es el octavo y procede de los siete y va a la perdición.»

Eso está claro ¿no es así? ¡Tan claro como el barro! Pero hay algunas cosas que podemos reconocer en esta revelación. Se nos dice acerca de estos siete reyes: «cinco han caído, uno es, y otro aún no ha venido. Livy, el historiador romano, escribió que hubo cinco formas de gobierno romano en su época. Roma comenzó originalmente como una serie de ciudades-estados regionales no demasiado relacionados, cada uno de ellos gobernados por un rey. Esto no tardó en fracasar y en lugar de reyes eligieron a cónsules. Cuando los cónsules se encontraron con tiempos difíciles les siguieron los dictadores, dirigentes del pueblo que se erigieron y se apoderaron del gobierno. Estos fueron a su vez derrocados y reemplazados por lo que los romanos llamaban decenviros, un término que quiere decir un concilio de diez gobernantes. A la postre también esta forma fracasó y los tribunos fueron elegidos por el pueblo para gobernar la tierra. Estas fueron las cinco formas de gobierno que cayeron.

Pero a Juan se le dice que «uno es. Esa sería la forma imperial, los emperadores de Roma, comenzando con Julio Cesar, antes de Cristo y que continuaría con una larga serie, de la que ha dejado constancia la historia, que se extendería hasta bien entrado el siglo IV. Ahora, dice el ángel, ha de aparecer una séptima que «debe quedar solo por un breve tiempo. Entonces aparecerá la bestia. Será la séptima, que habrá revivido, y por lo tanto será la octava y a esa le sucede algo raro, pues vuelve a ser llamada a la existencia. «Su herida mortal es sanada y, de este modo, vuelve a hacer su aparición en la historia. No es de sorprender, por lo tanto, que el mundo entero se quede maravillado por este resurgimiento. Cuando hagamos una exposición más extensa del capítulo 17, en su momento, nos enteraremos de algunas cosas muy asombrosas acerca de la forma imperial del gobierno romano.

Por el momento no voy a leer más que un versículo del capítulo 17. En el versículo 12, el ángel dice:

«Los diez cuernos que has visto son diez reyes que todavía no han recibido reino, pero toman autoridad por una hora como reyes junto con la bestia.»

Los eruditos de la Biblia se refieren con frecuencia a un resurgimiento de un Imperio Romano formado por 10 naciones, que concederán su autoridad a una sola persona. Este hombre, controlado por Satanás, gobernará en la región geográfica del antiguo Imperio Romano. Por eso es por lo que muchas personas han estado observando lo que sucede actualmente en Europa, no solamente la agitación y las revueltas en la Europa oriental, sino también los cambios que se han producido en la Europa occidental, en el emplazamiento del Imperio Romano. Allí las naciones están suavizando sus pasiones nacionalistas e intentando unirse con el fin de formar los Estados Unidos de Europa. Algunos comentadores han intentado relacionar a esta coalición, formada por diez reinos, con el Mercado Común Europeo o la Comunidad Económica Europea (la CEE). Es verdad que durante un tiempo esa organización estuvo formada por 10 miembros, pero en la actualidad ha aumentado a 12 ó 13, de manera que es evidente que no es el imperio romano revivido, pero si puede ser un antecesor de él. Lo que sí está claro es que la dirección del movimiento es exactamente hacia lo que leemos aquí y habrá, efectivamente, una coalición de naciones en la Europa occidental.

Volvamos ahora al capítulo 13 y examinemos las actividades de esta extraña bestia.

«Y a la bestia le fue dada una boca que hablaba insolencias, y le fue dada autoridad para actuar durante cuarenta y dos meses [nos hemos encontrado con anterioridad con este espacio de tiempo]. Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar contra su nombre y contra su tabernáculo, es decir, contra los que tienen morada en el cielo.» [literalmente «aquellos que tienen su tabernáculo en el cielo» ].

Blasfemar no significa maldecir. Cuando oye usted a alguien hacer un juramento eso no es una blasfemia, ya que blasfemar es afirmar que se tienen poderes semejantes a los de Dios o identificarle con personas u objetos de menos importancia. La idolatría, por ejemplo, es blasfemia y de eso es de lo que es culpable esta persona. Blasfema a Dios afirmando poseer sus poderes, como ya hemos visto, y también incluiría un ataque contra aquellos que no aceptan sus afirmaciones, ridiculizando y calumniando a los que creen en Dios y en el cielo (el ámbito espiritual invisible que existe) y cuyo pensamiento giran alrededor de y se deja guiar por las enseñanzas de la Palabra de Dios. Aquellos que «tienen su tabernáculo en el cielo por lo tanto, no son personas que han muerto y han ido al cielo, sino que son los santos que viven en la tierra, pero cuyas vidas están gobernadas por las realidades celestiales. Es exactamente lo que dice el apóstol acerca de la iglesia actual. «Nuestra ciudadanía dice en Filipenses «está en los cielos. Somos extranjeros y peregrinos en esta tierra, pero nuestra verdadera ciudadanía está en el cielo.

Leamos más adelante.

«Y le fue permitido hacer guerra contra los santos y vencerlos. También le fue dado poder sobre toda raza y pueblo y lengua y nación. Y le adorarán todos los habitantes sobre la tierra [literalmente «todos los moradores de la tierra] cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida del Cordero, quien fue inmolado desde la fundación del mundo.»

Se concede al dirigente romano un gran poder, permitiéndole hacer cosas espantosas y miles morirán por su mano por causa de su fe. Esto concuerda exactamente con lo que vimos en el capítulo 7, donde la gran multitud que nadie puede contar sale de la tribulación de todas las naciones y lenguas y tribus y pueblos, un grupo que «lavó sus vestiduras en la sangre del Cordero y las emblanquecieron convirtiéndose en mártires por la causa de Jesucristo. Este es el grupo que se menciona aquí.

La influencia de este dirigente se extiende por todo el mundo, lo cual no significa que de hecho gobierne sobre toda la tierra, sino más bien que su influencia se extiende por toda ella. Es bastante semejante a las Super Potencias actuales. La influencia de los Estados Unidos y de Rusia afecta a todas las naciones de la tierra hoy en día, debido al poder y la fortaleza que ostentan estas dos grandes naciones y lo mismo sucederá entonces. Habrá una clase de personas que seguirán ciegamente a este dirigente, los llamados «habitantes sobre la tierra un término que hemos visto con anterioridad. Es una clase moral, formada por aquellos que viven en este mundo y que no piensan más que en este mundo y sus ventajas, que son materialistas y humanistas, y que no les interesa para nada las cosas de Dios o la vida del mas allá.

Hay, sin embargo, un grupo que opone resistencia a este dirigente, y son aquellos «cuyo tabernáculo se encuentra en el cielo y cuyos nombres se encuentran escritos, según se nos dice «en el libro de la vida del Cordero, quien fue inmolado desde la fundación del mundo. Eso confirma nuevamente que el tiempo no es un factor en la eternidad, puesto que la muerte del Cordero es algo que sucedió ya, en la tierra, en una fecha concreta del calendario, pero aquí se considera como un acontecimiento eterno, que tiene significado para las gentes desde el comienzo mismo de los tiempos, desde que el mundo mismo fue creado. El Cordero fue inmolado y la cruz tiene un impacto sobre toda la creación. Por lo tanto, los santos del Antiguo Testamento podían nacer de nuevo por la fe debido a que fueron salvos por la cruz a pesar de que no había sucedido aún en la historia.

Juan recoge ahora la frase que usaba Jesús con frecuencia y ofrece una palabra de animo a los santos de aquellos tiempos.

«El que tenga oído para oír, oiga.»

Jesús dijo estas palabras en muchas ocasiones durante su ministerio y en los capítulos 2 y 3 de Apocalipsis, en las siete cartas dirigidas a las iglesias, aparece en cada una de ellas. Mediante esta exhortación, Jesús está diciendo: «escuchad con atención porque estoy a punto de decir algo muy importante. De modo que Juan nos dice de qué se trata:

«Si alguien lleva en cautividad, es llevado en cautividad; si alguien mata a espada, tiene que ser muerto a espada.»

Lamento tener que hacer esto, pero de vez en cuando tengo que corregir la traducción de la Nueva Versión Internacional (en inglés), que es excelente en lo que se refiere al Antiguo Testamento, pero no es tan exacta en lo que se refiere al Nuevo, pero como todo el mundo la usa, yo también la tengo que usarla. Si tiene usted la NIV (Nueva Versión Inglesa) tendrá que tachar en inglés «to go (es decir, «es llevado) «si alguien ha de ir a la cautividad y en la próxima línea «si alguien mata a espada, tiene que ser muerto a espada. El versículo significa que si alguien se lleva a otros cautivos, él mismo se convertirá en cautivo (rehén). Si alguien mata con una espada, debe de ser muerto a espada. Es una palabra de ánimo a los santos de ese día. Por todo el mundo hay personas que están siendo llevadas cautivas y que están siendo asesinadas. Dios está diciendo sencillamente a otros: «No os desaniméis, seguid adelante, no permitáis que el tema de la muerte os preocupe.

Fíjese cómo lo expresa Juan.

«¡Aquí está la perseverancia y la fe [o fidelidad] de los santos!»

No se puede estar interminablemente eludiendo la ley de las consecuencias porque Dios no se ha olvidado. Puede causar la impresión de que ha triunfado el mal, de que todo ha salido mal, pero no se den por vencidos. «Dios no puede ser burlado. La ley de las consecuencias no se puede cancelar. Antes o después el que mata a espada deberá morir él mismo. El que se lleva a personas como rehenes deberá él mismo ser llevado como rehén. ¡Podemos esperarlo! He citado con frecuencia las extraordinarias palabras de James Russell Lowell:

Aunque prospere la causa del mal, solo la verdad tiene fuerza. La verdad, para siempre en el cadalso, el mal por siempre entronizado. Pero con todo el mal hará que oscile el futuro, y tras el oscuro desconocido, se encuentra Dios entre las sombras ¡cuidando siempre de los suyos!

Ahora Juan ve a otra bestia que viene y leemos al respecto en los versículos 11 y 12:

«Y vi otra bestia que subía de la tierra. Y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, y hablaba como un dragón. Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y sus habitantes adoren a la primera bestia cuya herida mortal fue sanada.»

Esta bestia sube de la tierra, algo que se usa a lo largo de todo el libro como el símbolo de Israel. Por eso es por lo que la mayoría de los eruditos bíblicos dicen que es probable que este hombre sea judío. Procede de Israel y tiene «dos cuernos semejantes a los de un cordero y hablaba como un dragón. Por lo tanto, es un cordero falso, para decirlo con toda claridad. Este es el anticristo, el que viene en lugar de Cristo, que se ofrece a sí mismo como si fuese Cristo. Es por ello por lo que creo que el término anticristo se aplica apropiadamente a la segunda bestia, aunque ambas son anticristianas en cuando a su personalidad.

El cuerno nos habla acerca del poder y este hombre tiene dos poderes semejantes a los del cordero. Jesús tuvo estos poderes: el poder del sacerdote y el del profeta y este hombre actúa como ambos. Jesús es un sacerdote, que guía a los hombres y mujeres de todo el mundo a adorar al Padre y este individuo es un sacerdote, que guía al mundo a adorar a la primera bestia. Muchos han afirmado que lo que tenemos aquí es una trinidad satánica, la primera bestia corresponde a la figura del Padre, el falso profeta a la del Hijo y el dragón mismo, Satanás, representa el papel del invisible Espíritu Santo. Es la imitación que hace Satanás del Dios verdadero.

El falsa sacerdote consigue su propósito, es decir lograr que el mundo adore a la bestia de una manera asombrosa, descrita entre los versículos 13 al 15. «Y hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. Y engaña a los habitantes de la tierra a causa de las señales que se le concedió hacer en presencia de la bestia, mandándoles a los habitantes de la tierra hacer una imagen en honor de la bestia que tiene la herida de espada y que revivió. También le fue permitido dar aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen de la bestia hablase e hiciera que fueran muertos todo los que no adoraban a la imagen de la bestia.

En este caso actúa como un profeta. Los profetas antiguos hicieron milagros con el fin de establecer sus credenciales, su autoridad que les había sido dada por Dios. Moisés y Elías hicieron grandes milagros y al igual que las dos testigos del capítulo 11, pidieron que descendiese fuego del cielo y de igual modo hace este hombre, haciendo descender fuego del cielo. Pablo nos dice que también el demonio tiene poder para realizar milagros. Por lo que no debemos confiar en todos los milagros como si hubieran sido hechos por Dios. Puede que sean obra del enemigo, del Malvado y este falso profeta hace descender fuego del cielo, engañando de ese modo al mundo.

Muchos eruditos bíblicos creen que debido a que es judío tiene su central en Jerusalén, cosa que me parece bastante dudosa porque es aquel al que reconoce el profeta Daniel como el que establece un pacto con los judíos durante una semana (7 años) intentando resolver, de este modo, el problema de Oriente Medio, con la enemistad entre árabes e israelíes, que tantos siglos viene durando ya. Durante la primera mitad de esa semana, se reconstruirá el templo en el Monte Moría, cosa que vimos brevemente en el capítulo 11. Durante un período de siete años los judíos están convencidos de que se les permite volver a establecer la adoración en el templo, pero Daniel nos dice que «el príncipe que vendrá quebrantará el pacto en medio de la semana, es decir, a los tres años y medio y él mismo entrará en el templo y comenzará a exaltarse a sí mismo como si fuese Dios, como describe Pablo en su epístola a los Tesalonicenses.

Puesto que el dirigente político de la coalición está en Roma, este dirigente religioso que está en Jerusalén parece que considerará necesario crear una imagen del dirigente romano y ponerla en el templo para que el mundo la adore y hasta llega a conseguir, según se nos dice, darle aliento a dicha imagen, a fin de causar la impresión de que está viva. ¡En una de las exhibiciones de Disneyland se puede ver a Abraham Lincoln sentado en un sillón! Parece muy real y mientras el público se encuentra en la sala, se levanta de su sillón, camina hacia adelante y habla a los presentes! ¡No olvidaré jamás lo impresionante que resultó ver y oír a Abraham Lincoln cuando visité la exhibición! La tecnología necesaria para lograr que una imagen de un hombre parezca viva, que hable y ande, ya existe. Sin duda alguna, el mundo entero organizará excursiones en autobús para adorarla. No será necesario que crean que es un ser vivo, pero la adorarán porque representará a una persona viva y honrarán a ese símbolo impresionante en ese día. Valiéndose de esta imagen el falso profeta afirmará tener poderes semejantes a los de Dios y a los de la primera bestia y se ganará la lealtad y obediencia de todos aquí en la tierra.

En el versículo 16 se nos dice que este hombre se encargará además de reorganizar el sistema económico mundial.

«Y ella hace que todos, a pequeños y a grandes, a ricos y a pobres, a libres y a esclavos, se les ponga una marca en la mano derecha o en la frente, y que nadie pueda comprar ni vender, sino el que tenga la marca, es decir, el nombre de la bestia o el número de su nombre. Aquí hay sabiduría: el que tiene entendimiento calcule el número de la bestia, porque es número de un hombre; y su número es 666.»

Es evidente que durante estos días, el comercio mundial será rígidamente controlado desde una oficina central y una vez más somos conscientes de que la tecnología necesaria para conseguirlo ya existe. Si tiene usted una tarjeta de crédito sabrá que toda la información sobre sus créditos puede imprimirse en esa pequeña banda magnética, que tiene en la parte posterior, de manera que cuando usted presente la tarjeta todo el mundo sabrá de inmediato si es usted un agarrado o si paga usted sus facturas y no puede usted ocultarse. Es más, se nos ha informado que todo ello puede, de hecho, implantarse en un pequeño disco en la piel de la parte posterior de la mano o en la frente o dondequiera que se desee hacerlo, de manera que se pueda leer la información pasando su mano por un rayo de luz, como lo hacen con los códigos de barras en los supermercados, puesto que se dispone ya de esta tecnología y es asombroso lo rápidamente que nos estamos acercando a esos días.

La marca, como es lógico, es la imitación que hace Satanás del sello que Dios pone a su propio pueblo. En el capítulo 7 leímos que 144.000 de las tribus de Israel fueron sellados en sus frentes por Dios. Eso indica que son propiedad y le pertenecían a Dios. El apóstol Pablo dice que los cristianos son sellados en la actualidad y que cada uno de los que han creído en Cristo son sellados por el Espíritu Santo. El Espíritu de Dios viene a morar en nosotros y nos dejará nunca y es la señal de que le pertenecemos a Dios. «No sois vuestros….fuisteis comprados por precio y ya no podéis seguir viviendo vuestra propia vida porque le pertenecéis a Dios. Los cristianos del primer siglo tenían que escoger con frecuencia en público una vez al año entre declarar «Cesar es el Señor o «Jesús es el Señor y muchos de ellos morían porque no estaban dispuestos a decir «Cesar es el Señor. De modo que aparece nuevamente un plan, trazado por dos dirigentes, para obligar a las gentes a declarar si le pertenecen a la bestia o al Señor. ¿Qué decisión tomarán «la Bestia es el Señor o «Jesús es el Señor?

Se dice que la marca que se menciona es o bien el nombre de la bestia o el número de su nombre y se refiere a la primera bestia y no a la segunda, a la que posteriormente se conoce como «el falso profeta. Además a la primera bestia se la llama sencillamente «la bestia. La marca es el nombre de esa bestia o su número. Su nombre es desconocido y nunca se hace referencia a él, pero sí se da su número, que es el 666.

No hay duda alguna de que lo mas insensato que se puede hacer hoy en día es intentar reconocer a esta persona valiéndose del número 666. Sabemos, como es natural, que los idiomas antiguos se basaban en la numerología. Si se usan actualmente los números romanos sabemos que se utilizan letras en lugar de números y el idioma griego es muy similar. Las letras poseen un valor numérico y muchos creen que al sumar el valor numérico de ciertos nombres el resultado es 666 y que, por eso, debe de ser el anticristo. El problema consiste en que lo intentan con las letras en inglés y eso no es más que una estupidez porque, para comenzar, estamos basándonos en un lenguaje equivocado y además hay otra razón excelente por la que considerar semejante práctica como una insensatez, como les mostraré en un momento. Para comenzar, permítanme que les de una breve lista de nombres que han sido relacionados con el anticristo valiéndose de este medio. Nerón, como es natural, fue uno de los primeros. Uno de sus predecesores como emperador fue Calígula, el emperador loco, y se supone que la suma total de su nombre es equivalente a 666. A continuación, el sucesor de Nerón fue Domiciano, y su nombre, realizando ciertas manipulaciones, también puede sumarse de esta manera. Lo mismo se aplica a Mahoma, a Oliver Cromwell, a John Knox, a Martin Lutero, a diferentes Papas y, como es lógico, a Adolf Hitler. Hasta el pobre Henry Kissinger tuvo que soportar este estigma y ahora, naturalmente, es Gorbachev. Es realmente ridículo usar este método porque la clave que se nos da aquí es lo importante. Miremos a lo que nos dice: «aquí hay sabiduría (o esto requiere sabiduría). «El que tiene entendimiento calcule el número de la bestia.

Y aquí tenemos la clave: «porque es número de un hombre. Es el número que se relaciona con el hombre y pone de manifiesto la personalidad de aquel que está hablando, actuando y viviendo. Si ve usted a alguien que está actuando como Dios, que afirme poseer unos poderes extraordinarios y que enseñe a las gentes que el hombre se encargado de todas las cosas, que puede hacer cualquier cosa, estará usted escuchando hablar a un hombre y su manera de pensar refleja el número de un hombre, el 666 porque es número de un hombre.

Eugene Peterson dice algo que es de gran ayuda al respecto:

Es preciso exponer estas pretensiones religiosas y esta clase de religión no tiene nada que ver con Dios. Obtengamos su número, que es un número humano. No es un misterio divino, sino el parloteo de un hombre confiado; es una religión a modo de espectáculo, una religión que se jacta, una religión que hace que apartemos nuestros ojos de los pobres, de los que sufren y del Cristo santo. En el lenguaje numérico, es el 666, el triple fallo que no ha conseguido alcanzar el 777, el absoluto tres veces perfecto, que es el número divino.

Así que vemos a Juan mostrándonos de qué modo actúa el demonio, intentando organizar el comportamiento y a partir de ahí siempre surge la violencia. Cuando cualquier gobierno se vuelve totalitario e intenta obtener el control de todo lo que pasa y de sus ciudadanos, produce una reacción violenta. Si encienden ustedes la televisión lo verán en todas las retransmisiones de noticias actuales.

El anticristo intenta organizar la fe además del comportamiento, y cuando lo que se cree se vuelve organizado se convierte en un engaño porque no hay nada más engañoso que la falsa religión. Estas son las armas de Satanás: o bien intimida o engaña. Solamente posee dos clases de armas, la fuerza y la fantasía, la mentira y la brutalidad, una de las dos o una mezcla de ambas. ¡Lo que nos está diciendo este versículo es que cuando Satanás es violento, entonces espere, aguante y sea paciente! Dios lo va a resolver porque Su gobierno no va a ser nunca depuesto. Antes o después el instrumento de Satanás se colgará a sí mismo, de la misma manera que lo hizo Judas, viéndose atrapado en su propia red. ¡Y cuando mienta, piense, nos dice Dios, sea crítico y evalúe!

Cuando alguien se porta como Dios, hace afirmaciones pretensiosas, declara poseer dones sobrenaturales y exige obediencia, no es Dios el que está hablando. No es mas que un hombre, eso es todo, que piensa y actúa como el hombre caído. ¡No es el Cordero auténtico, no es más que un falso cordero, de modo que ríase de él y niéguese a seguirle, pero esté preparado para soportar hasta la muerte! Ese es el mensaje de este capítulo.

Espero que se de usted cuenta de la gran verdad que es ésta, de cómo la vida diaria a nuestro alrededor lo confirma. Vamos derechos a estas mismas cosas a una mayor velocidad de lo que jamás ha sucedido con anterioridad en la historia del mundo.



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Nº de Catálogo 4205

Apocalipsis 13:1-18

Decimoséptimo Mensaje

11 de Marzo, 1990



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