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Cómo hacer discípulos en un mundo posmoderno

Mi argumento es sencillo: el verdadero discipulado hoy es una empresa misionera, y todo misionero eficaz opera dentro del principio de la contextualización.

Específicamente, somos llamados a hacer discípulos en un mundo que más y más es influenciado por la filosofía del posmodernismo. Si eso suena intimidante, no se preocupe. Todos piensan lo mismo. Leon Sweet describe este desafío: «Todos los líderes son ahora antropólogos. El moribundo paradigma de la era industrial está siendo reemplazado por una nueva cultura que exige de las habilidades para hacer investigación práctica del antropólogo, la dedicación del misionero, la paciencia del santo, la curva didáctica del niño, la astucia del ladrón, el vigor del atleta, y la determinación del guardia marinero de costa.»

Lo bueno es que todos nosotros estamos aprendiendo juntos sobre esto, de modo que no hay que avergonzarse por ser nuevos en ello. Tampoco hay expertos, sólo compañeros que aprenden. Lo malo es que el posmodernismo puede ser difícil de definir. Pero el esfuerzo vale la pena.

DEFINICIÓN DEL POSMODERNISMO

La palabra posmoderno se usa de tantas maneras que el teólogo Tyron Inbody lo llama «el Velcro intelectual arrastrado a través de la cultura» que «se puede usar para caracterizar a casi cualquier cosa de la que uno aprueba o desaprueba.» Aun algunos de sus más fieles partidarios resisten tratar de definir la filosofía sobre la que se basa su carrera misma.

Sin embargo, el no poder definir un concepto no quiere decir que no tiene ningún efecto en nuestra vida. Los científicos no pueden explicar lo que es la gravedad, pero su fuerza invisible nos mantiene pegados a este planeta. De igual manera, la filosofía posmoderna tiene un efecto invisible en millones de personas que nunca han oído esa palabra.

Muchos en el ministerio intuyen que algo podersoso se está desplazando en nuestra cultura, pero se les hace difícil identificarlo específicamente. Lo que una vez estaba confinado a los cafetines y a las clases de literatura en las universidades ha encontrado el camino a la corriente principal. Si usted intuye esto, quiere decir que ha dado el primer paso para desarrollar discípulos entre la nueva clase de gente a la que servimos.

La persona moderna

El posmodernismo es una reacción contra los valores del mundo moderno según fue formado por el renacimiento, la reforma, y el siglo de las luces. El punto de vista moderno se caracteriza (en el occidente) por varios razgos clave:

  • La centralidad del individuo
  • La confiabilidad de la percepción humana
  • La primacía de la razón
  • La objetividad de la verdad
  • La inevitabilidad del progreso
  • La certidumbre de los absolutos
  • La incertidumbre de lo sobrenatural
  • La uniformidad de la opinión sobre la vida

Este ordenado sentido del mundo como un mecanismo predecible trajo consigo el método científico, la era industrial y la era de la información, y la ahora controversial idea de que hay verdades absolutas que se pueden saber. De hecho, estas suposiciones han sido tan dominantes en el mundo occidental durante los últimos tres siglos que mayormente no nos damos cuenta de que están operando. Parecen tan naturales y obvias que la mayoría de nosotros hemos tenido muy poca necesidad de examinarlas. Además, muchos de estos conceptos se convirtieron en el fundamento para el cristianismo evangélico con su insistencia en los fuertes valores morales y su sistemático acercamiento para entender la Escritura. Irónicamente, ese mismo tipo de pensamiento también ha fundado el escepticismo secular, científico sobre lo sobrenatural.

Estos fundamentos ahora han sido excavados y están siendo demolidos por varias fuerzas. La crítica literaria ha fomentado el escepticismo hacia lo que motiva cualquier forma de comunicación. La historia ha desinflado nuestra confianza en el progreso sin fin al hacer del siglo 20 el más sangriento de todos. El debate dentro de la comunidad científica ha puesto en tela de juicio la confiabilidad de sus investigaciones. La tecnología nos ha presentado instrumentos de destrucción en masa. La vida de las corporaciones destruye más y más el alma. Los artistas de toda clase han abandonado los modos tradicionales de pensar sobre su arte a favor del trabajo altamente personalizado. El viaje y la inmigración nos han demostrado que hay muchas maneras de ver el mundo y muchas maneras diferentes de considerar la verdad.

Mientras tanto, la iglesia mayormente ha estado parada al lado, ya sea ignorando la transición o condenando a los que participan de ella. Estas respuestas simplemente no son una opción para cualquier ministerio que se propone hacer discípulos hoy. A esta nueva clase de persona se debe involucrar, ganar, y hacer crecer.

El mundo moderno no ha desaparecido. Es más correcto decir que el modernismo y el posmodernismo han chocado y ahora luchan por dominar. Hay poca duda de que el modernismo está perdiendo, pero no está claro si el posmodernismo se convertirá en la clase de filosofía que es el capitalismo o la democracia. Es más, puede ser que el posmodernismo no sea mucho más que el nombre que se da al presente tiempo de transición – un nombre para nuestras ansiedades. El verdadero substituto del modernismo puede que sea otra cosa. En cualquier caso, las personas e instituciones modernistas estarán con nosotros al menos durante la duración de nuestra vida, mientras que el posmodernismo probablemente seguirá su campaña de atrición.

La persona posmoderna

La lucha entre las dos fuerzas puede verse claramente en las muchas encuestas de opinión que se hacen sobre los valores de los americanos. Aunque esta investigación encuentra bastantes mayorías que ya no están dedicadas a la verdad absoluta en general, las preguntas más específicas revelan que la mayoría de los americanos creen en Dios, confían en la Biblia, y oran con frecuencia. La reciente investigación de George Barna encuentra que tendemos a formar nuestros valores pragmáticamente – inclinando nuestras elecciones más hacia lo que logra nuestros propósitos antes que adherirnos a un abstracto código religioso. Luego entonces, vivimos en una cultura que lucha por reconciliar una profunda hambre personal de la realidad con un igualmente profundo escepticismo sobre si dicha realidad puede encontrarse. Si la ciencia nos ha dado el ántrax, si los políticos nos han dado el escándalo, y si la religión nos ha dado el fanatismo, ¿adónde nos podemos volver? – a la posmodernidad.

Podemos pensar en la persona posmoderna (posmodernismo es la filosofía, posmodernidad es el paisaje cultural influenciado por ésta) como alguien que tiende a tener una mezcla de características en variadas combinaciones. Aunque esta persona probablemente es norteamericana, la influencia de su modo de pensar se está expandiendo rápidamente por todo el globo, debido a la preparación recibida en las universidades norteamericanas y europeas en las que el posmodernismo es casi un artículo de fe.

La persona común influenciada por el posmodernismo quizás nunca haya oído una disertación ni haya leído un libro sobre ello. Sin embargo, las características que dan cuerpo a la filosofía están todas a nuestro alrededor:

  • La centralidad de la comunidad
  • La primacía de la experiencia
  • La subjetividad de la verdad
  • La complejidad de la percepción humana
  • La fragilidad del progreso
  • La irrealidad de los absolutos
  • La enormidad de lo espiritual
  • La pluralidad de las opiniones sobre la vida

El mundo soleado, directo, del modernismo que dice que las cosas son lo que parecen ser, está siendo sumergido en una perspectiva más oscura, más compleja que trae una diferente clase de persona por las puertas de nuestras iglesias. Esta persona es bíblicamente indocta, escéptica, no está convencida de que la verdad existe en términos absolutos, y personalmente va a la deriva.

Es de dudar que los métodos didácticos convencionales den forma a esta nueva clase de «material crudo» para que llegue a ser un dedicado seguidor de Jesucristo. El futurista Tom Sine lo dice contundentemente: «Típicamente, los jóvenes miran por lo menos 20 horas de televisión a la semana, además de pasar una enorme cantidad de tiempo con sus discos compactos, juegos de video, y el Internet. Es un chiste creer que una hora de escuela dominical a la semana tendrá mucha influencia contra este . . . asalto. Será necesario que inventemos abordes mucho más serios para la enseñanza cristiana que envuelvan a familias y comunidades enteras.»

Ya no podemos confiar en que una sociedad relativamente conservadora y una experiencia religiosa como la norma para casi todos, puedan hacer mucho por nosotros. Ahora en realidad tenemos que practicar el cristianismo si es que hemos de ver algo de substancia.

CÓMO DISCIPLINAR A LOS POSMODERNOS

La formación espiritual de la gente posmoderna exigirá de los esfuerzos de toda la iglesia y no de un solo departamento o programa. Hacer discípulos (en vez de implementar programas) tendrá que convertirse en lo que la iglesia hace, en la razón principal de su existencia. Sólo un compromiso de esta magnitud verá pasar la congregación por la empinada curva y los inevitables fracasos que se negociarán por el camino. En otras palabras, esto se trata de algo más que añadir a la instrucción bíblica videos o diapositivas de Power-Point. Se trata de la razón central de nuestra misión. Para discipular a los posmodernos serán necesarios varios bienes, todos los cuales están a la disposición de todo el que ama a la gente.

Autenticidad: Acérquese bien

Los posmodernos dudan de las instituciones y sospechan de todo el que parece estar abogando por un punto de vista monolítico o exclusivo sobre la verdad. Este es un dilema para los cristianos que creemos que Jesús es el único camino al Padre. Sin embargo, debido a que los posmodernos son altamente pragmáticos y profundamente espirituales (sin ser religiosos), están dispuestos a oír cualquier mensaje que esté dando resultado en la vida de sus compañeros. Como consecuencia, en el siglo 21 no habrá ningún substituto para una fe practicada.

El posmodernismo es una reacción contra los valores del mundo moderno según fue formado por el renacimiento, la reforma, y el siglo de las luces.

Esto es más que un asunto de santidad personal. También tiene que ver con la necesidad de ser sincero y directo. Nosotros no tenemos todas las soluciones. Somos débiles. Fracasamos. Aunque el oyente tradicional, moderno podría espantarse ante estas admisiones (después de todo, ¿no es usted el maestro porque es mejor que nosotros?), los posmodernos considerarán la ausencia de brutal sinceridad como una indicación de que usted no es sincero. Ellos quieren el mismo nivel de sinceridad en el mensaje en sí. Pero si el mensajero no es auténtico, el mensaje tendrá muy poco efecto, sin importar cuán directo sea.

Luego entonces, uno que hace discípulos debe ser auténtico, una persona de carne y hueso que está dispuesta a exponer su vida a la observación. Está claro que aquí existe una enorme oportunidad para ser mentor a un solo individuo o a un grupo pequeño. Especialmente emocionante es el hecho de que forjar estos lazos puede (y con frecuencia debe) comenzar mucho antes de la conversión. Los posmodernos encuentran la fe por medio de la autenticidad y crecen en la fe de la misma manera.

Comunidad: Reúnanse

Mientras que el modernismo exaltaba al individuo como el conocedor de la verdad, es más probable que los posmodernos dependan de los que los rodean para tener un marco de referencia. Este punto de vista «de tribu» tiene importantes implicaciones para la estructura de hacer discípulos. La noción de tener las filas de sillas llenas con atentos oidores mientras un especialista discursa desde el frente se está desvaneciendo rápidamente. Y con razón. Esta visión de la educación cristiana tiende a ser no mucho más que una versión bautizada del sistema de la escuela pública. Aunque la fuerte preparación bíblica debe siempre ser un constante de la vida de la congregación, el contexto para aprender necesitará ser modificado para los oyentes posmodernos.

Los posmodernos descubren la verdad con más eficacia en los ambientes altamente interactivos de grupo en los que existen las verdaderas relaciones. El hacer discípulos tendrá por necesidad que estructurarse de modo que la hermandad sea un aspecto central de la experiencia. Aunque aquí no hay un método que se preste bien para todos, permanece en pie el principio de que, para esta nueva persona, aprender es un acto de descubrimiento compartido, vivido en una íntima red de relaciones. En otras palabras, haremos discípulos entre los posmodernos cuando seamos la iglesia en vez de tratar de hacer iglesia. A menos que estén presentes todas las piezas, ninguna de ellas por sí sola dará resultado. Este sentido de totalidad sobre cómo se hacen discípulos exige de una comunidad entera.

Experiencia: Vaya al grano

En un sentido casi estético, los oyentes modernos con frecuencia encuentran muy satisfactorio un buen bosquejo didáctico – una «gran lección» con frecuencia quiere decir un «gran análisis». La nueva tribu que entra a nuestras iglesias no se impresiona con esto, ya que tiene hambre de algo más. Robert Webber nota el cambio que esto traerá a nuestros esfuerzos para educar: «En el mundo posmoderno, la educación cambiará de pasar información a pasar sabiduría a través de la experiencia de la verdad cristiana, que se consideraba proposicional, intelectual, y racional, y será experimentada como encarnada en la realidad. La fe se comunicará a través de la inmersión en una comunidad de personas que practicarán la fe cristiana.» Estos nuevos oyentes quieren (y necesitan) experimentar a Dios en el descubrimiento de la verdad y en la obra exterior de esa verdad en el mundo.

De hecho, los posmodernos serán mucho más reaces a reconocer una distinción entre saber la verdad y vivirla. Si no sucede lo último, lo primero no tiene significado para ellos. Están interesados en conocer a Jesús y en ser conformados a su imagen en vez de ser receptores de ideas acerca de Jesús.

Los posmodernos no podrán captar un concepto como la hospitalidad si no pueden oler las galletitas de chocolate en su cocina. No sabrán lo que es la verdadera adoración si no sienten lo que sintió Isaías en el templo. No captarán lo que es la sanidad sin no se sanan los enfermos. No comprenderán a Pentecostés si ellos mismos no son llenos del Espíritu. Y la Gran Comisión significará muy poco para ellos si no son misioneros en su propia cultura. Los que hacen discípulos ya no pueden pensar en lo que hacen como una entrega de contenido, dejando la aplicación al individuo, o a algún otro departamento de la iglesia. O es todo o nada.

Aceptación: Supere

Los líderes tienden a tener expectaciones no expresadas para el crecimiento espiritual de aquellos a quienes ministran. Cuando estas expectaciones no se cumplen, el resultado puede ser la disciplina o el menosprecio. Aunque estas presiones para obtener éxito espiritual pueden haber dado resultado en un tiempo, no son realísticas y son hasta contraproductivas para los posmodernos.

Una, que estos recién llegados tienen puntos de partida espirituales mucho más distantes de los que tenían las generaciones anteriores, con la mayoría sin ninguna memoria cristiana. Los horarios para el crecimiento espiritual deben abandonarse o extenderse. Recuerde, usted ahora es un misionero en una cultura extranjera, y esta es una clase de persona totalmente nueva.

Irónicamente, hay maneras en las que también podemos esperar más de esta persona. Los posmodernos que encuentran a Cristo nunca estarán satisfechos con un cristianismo que se componga de asistir a la iglesia, diezmar, y evitar el pecado a nivel de delito mayor. Ellos quieren un compromiso radical con un evangelio radical. Pero para lograr esto se toma tiempo y paciencia.

La aceptación que promueve el crecimiento no quiere decir concesión. Quiere decir lo contrario. Las normas deben ser altas – pero para las debidas cosas. Debe prevalecer un ambiente de sinceridad, aun cuando provoque preguntas difíciles y asuntos todavía más difíciles. Los posmodernos responderán más al hecho de que tienen la libertad de hablar antes que a la autoridad de alguien que dice tener todas las respuestas. Por lo tanto, la manera en que los posmodernos pueden crecer hasta llegar a ser lo que pueden ser es ser aceptados tal donde se encuentran.

LA CURVA DIDÁCTICA

Lo que he dicho hasta aquí quizás parezca intrigante. Pero si usted sirve en un ministerio basado en suposiciones modernistas (como lo hacemos la mayoría de nosotros), saber cómo responder puede ser un desafío. He aquí algunas cosas que usted comenzar a hacer tan pronto como ponga a un lado esta revista.

Examínelo

Esto está sucediendo de verdad – de verdad. No va a desaparecer. El momento de comenzar a leer es ahora. (Vea la lista de libros en la barra lateral de recursos.) Este esfuerzo lo preparará a usted mismo para comprender y para preparar a los demás. Es probable que algunos de sus líderes ya intuyan que las cosas están cambiando, pero que les falte el vocabulario para ventilar las ideas. El hacerse el intérprete principal de estas tendencias para su ministerio lo hace a usted el líder, preparándolo para el día en que esa credibilidad pueda ser necesaria para dirigir a su grupo en la transición.

Hable de ello

Recuerde, no hay expertos. Busque a otros con intereses similares y comience a dialogar con ellos, quizás reuniéndose una vez al mes para hablar sobre un libro como Primer on Posmodernism por Stanley Grenz. Existen muchas oportunidades en el Internet para este tipo de discusión. (Vea los grupos de discusión en la sección de recursos basada en la Red [Web] de mi lista de recursos Cultura emergente/Iglesia emergente.) La discusión en grupo catalizará su pensamiento, haciendo posible examinar las cosas difíciles mucho más rápidamente de lo que podría por sí mismo.

RESUÉLVALO

No hay substituto para la experiencia. Visite una congregación que esté discipulando a los posmodernos. (Vea la sección «Iglesias» de mi lista de recursos.) Si no le es posible viajar, una entrevista por teléfono es un excelente substituto. En mi investigación he encontrado que los líderes de estos grupos son muy cooperadores y amables. Usted pronto descubrirá que no hay fórmulas con aplicación universal.

Pruébelo

Alcanzar a los posmodernos exige de una curva didáctica – lo que implica que subir tiene que ver con el esfuerzo y el riesgo. Con el debido nivel de concenso interno entre sus líderes, no tema probar nuevas ideas. Lea la próxima oración tres veces: No hay respuestas fijas garantizadas a dar resultado en toda situación. El Espíritu que forma a los discípulos le dará una manera para tocar a los posmodernos que sea apropiada a su situación. Generalmente, esto se logra mejor al añadir a su ministerio, antes que alterar un formato presente que tenga valor espiritual y emocional entre sus modernistas.

Algunos comentaristas creen que el posmodernismo es un puñal dirigido al corazón de la iglesia. Se equivocan. El choque con la modernidad está creando una de las oportunidades misioneras más grandes de la historia. Esta época exige de un cristianismo de todo o nada, una fe práctica llena del poder de Dios y del amor del puebo de Dios. Si no podemos ofrecer esto, no tenemos derecho a ser llamados «la Iglesia». Por el poder del Espíritu de Dios podemos hacer esto. Debemos hacerlo.

RECURSOS

Libros

Si yo sólo pudiera leer tres libros sobre el posmodernismo, estos serían:

Grenz, Stanley. Un Primer on Postmodernism. Grand Rapids: Eerdmans, 1996. Este corto libro todavía es el patrón de oro. Es un agudo y misericordiosamente corto repaso del posmodernismo con ciertas implicaciones para el ministerio.

McLaren, Brian. The Church on the Other Side. Grand Rapids: Zondervan, 2000. Brian transicionó a su iglesia para el mundo posmoderno. Una cuidadosa obra con un par de claros capítulos sobre el posmodernismo y la importancia de la descontinuidad radical. Usted quizás no esté de acuerdo con algunos de sus comentarios sobre el cristianismo de avivamiento.

Hunter, George. The Celtic Way of Evangelism. Nashville: Abingdon, 2000. Este libro está en la lista de mis 10 favoritos de todos los tiempos. Es una maravillosa combinación de historia de la iglesia, teología misionera, y aplicación práctica; una poderosa síntesis que aclara muchas de la cuestiones.

Cultura emergente/Iglesia emergente

Cultura emergente/Iglesia emergente es mi lista selecta de casi 1.000 recursos sobre este tema. Incluye libros, revistas y una gran selección de websites anotados. La lista se puede usar en línea, o trasvasarse gratis como un archivo PDF. La encontrará en:

http://agts.edu/faculty_publications/bibliographies/creps_bibliography/index.html.

Iglesia

Para un sobresaliente ejemplo de una iglesia de las Asambleas de Dios que está alcanzando con éxito a los posmodernos, vea nuestra Capital Christian Center en Salt Lake City, Utah. Con sólo 4 años de existencia, esta iglesia ha crecido a más de 400 en asistencia los domingos. Los encontrará en la Web en: http://www.setfree.com.

Earl Creps Earl Creps, Ph.D., es director del programa de doctorado en el ministerio del Seminario Teológico de las Asambleas de Dios, Springfield, Missouri. Para más información, póngase en contacto con el autor en: [email protected].