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Spurgeon

SOLAMENTE DIOS ES LA SALVACIÓN DE SU PUEBLO

"El solamente es mi roca y mi salvación" (Salmo 62:2).
"MI ROCA." Cuán majestuoso es este nombre; cuán sublime, sugestivo y subyugador. Es una figura tan divina, que solamente a Dios debiera aplicársele.
Mirad las lejanas montañas y maravillaos de su antigüedad; porque desde sus cimas miles de siglos nos contemplan. Ellas peinaban ya cabellos grises antes de que esta enorme ciudad fuese fundada; se dice que, cuando la humanidad aún no respiraba, ellas estaban ya llenas de días; son las hijas de las edades pasadas.

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La Regeneración

"El que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios" (Juan 3:3).
En la vida de cada día se entretienen más nuestros pensamientos con los objetos más necesarios para nuestra existencia. En los tiempos de escasez nadie se ha quejado porque en los labios de los hombres muy frecuentemente estaba el asunto del precio del pan, porque se reconocía que éste era asunto de importancia vital para la masa del pueblo, y por lo mismo, no se quejaban los que oían continuos discursos declamatorios, y leían artículos sin fin, referentes a la escasez, publicados en los periódicos.

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CRISTO – LA ROCA

Por Charles Spurgeon
«Y la roca era Cristo» (Lucas 9:42).
Es un hecho que tenemos registrado en las Sagradas Escrituras que hubo dos rocas, y que las dos dieron agua en el desierto para suplir las necesidades de las Multitudes que pasaban por el desierto. Algunos han supuesto que el apóstol Pablo dijo que sólo había una roca, mientras que si leemos cuidadosamente lo que dice, veremos que meramente observa que «y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo».

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EL LIBRO VIVO

Por Charles Spurgeon
INTRODUCCIÓN
Dichosos nosotros cuando lo que nos manda nuestro padre y aconseja nuestra madre está conforme con la Ley, los Mandamientos de nuestro Dios. Dichosas aquellas almas jóvenes a las que una doble fuerza impulsa hacia el bien: los lazos de la naturaleza y de la gracia divina. Peca doblemente el que, al mismo tiempo, desobedece a su padre según la carne y a su Padre celestial; y de muestra una perversidad fuera de lo ordinario, aquel que desprecia, a la vez, las dulces lecciones de la casa paterna y lo que la conciencia y el Señor prescriben.

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LA RESPONSABILIDAD HUMANA

"Sí no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; mas ahora no tienen excusa de su pecado" (Juan 15:22)
El pecado característico de los judíos, el pecado qué agravó principalmente sus antiguas iniquidades, fue el rechazamiento de Jesucristo como Mesías. Él había sido claramente descrito en los libros de los profetas, y aquellos que lo esperaban, tales como Simeón y Ana, tan pronto como lo contemplaron, aún en su condición de niño, se regocijaron de verle, y entendieron que Dios había enviado su salvación.

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CONFIRMANDO EL TESTIMONIO DE CRISTO

Por Charles Spurgeon
«Así como el testimonio de Cristo ha sido confirmado en vosotros» (1 Corintios 1:6, RVR).
No es siempre la iglesia más dotada la que está en mejor estado. Una iglesia puede tener muchos miembros ricos, influyentes o eruditos; muchos que tengan el don de palabra y que comprendan todas las ciencias; pero esta iglesia puede estar en una condición insana. Esto era lo que sucedía con la iglesia en Corinto.

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PRÍNCIPE Y SALVADOR

Por C.H. Spurgeon
Un hecho determinado, se presenta de distinta forma a distintas personas. Resucitado de entre los muertos, fue ensalzado el Señor Jesús por la diestra Dios. Esta noticia produjo un espanto horroroso entre los sacerdotes y magistrados judaicos. No podían soportar la noticia de que Jesús, al cual habían muerto colgándole de un madero, viviese todavía.
Como el asesino se asusta, creyendo ver el fantasma del hombre que mató, así quedaron estos magistrados del todo abatidos, al pensar que Jesús de Nazaret, a quien habían clavado en la cruz, hubiese resucitado.

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UN NUEVO CORAZÓN

Por Charles Spurgeon
"Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne" (Ezequiel 36:26).
Contemplemos una de las maravillas del amor divino. Cuando Dios hace a sus criaturas, creación que Él considera buena, si éstas caen de la condición en que han sido creadas, Dios, por lo general, consiente que sufran el castigo de su trasgresión, y que moren en el lugar en que han caído. Pero ha hecho una excepción: el hombre, el hombre caído

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UN LLAMAMIENTO A LOS PECADORES

"Éste a los pecadores recibe" (Lucas 15: 2).
Según nos cuenta el evangelista, cuando estas palabras fueron pronunciadas, se congregaba alrededor de nuestro Salvador un grupo muy singular: "Se llegaban a Jesús todos los publicanos y pecadores a oírle". Los publicanos -la gente más ruin, los opresores públicos, despreciados y odiados aun por el más insignificante de los judíos-, junto con los de peor condición, la escoria de la calle y la chusma de la sociedad de Jerusalén, rodeaban a este portentoso predicador, Jesucristo, para oír sus palabras.

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UN SERMÓN SENCILLO

Por C.H. Spurgeon
«Todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» (Romanos 10:13).
Un eminente teólogo ha dicho que muchos de nosotros, cuando predicamos la Palabra, damos por sentado que nuestros oyentes poseen un gran conocimiento de ella. "Muy a menudo", dice este teólogo, "hay en la congregación personas que no están familiarizadas en absoluto con la gran ciencia de la teología. Desconocen por completo la totalidad del sistema de gracia y salvación

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